miércoles, 6 de julio de 2011

el placer de comer sola

Hace unos días y como caso excepcional tuve que cocinar únicamente para mi. Llegados a este punto y viendo las oportunidades que se me presentaban, poca cosa en la nevera y pocas ganas de ir a comprar (tengo el supermercado enfrente) decidí hacer lo que había, por suerte quedaba nata y bacon, Sí!!! una carbonara. Poco acostumbrada a cocinar para una, me hice un plato demasiado grande para una y demasiado pequeño para dos, hasta pensé en invitar a alguien pero no había suficiente comida y mejor porque no me hubiese dado cuenta de que a veces es mejor comer sola.



Junto con la tranquilidad de comer en un espacio abierto, en medio de un jardín pequeño con flores y con la pequeña brisa que corría, he de decir, que la comida estaba buenísima y disfruté mucho por no tener cerca la televisión, conversaciones absurdas o miradas inquisitivas, fue realmente relajante. Así que os invito a comer un día en la soledad de un jardín junto con un preciado amigo, el silencio.

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